
El arte del análisis
Siendo del todo sincero, por obviedad, hay mucho que ver jugada tras jugada mientras se tiene una partida. Sin embargo, dependiendo del ritmo y el jugador, este puede obviar algo por demás evidente, y eso conlleva los beneficios del análisis. Es una forma de agudizar tu vista y demás sentidos.
Para comenzar, quiero mostrar mi primera partida aquí, en chess.com.
De más está decir lo obvio. Era pésimo jugando. Como bien está escrito en los comentarios, mi único conocimiento sobre el ajedrez era el movimiento de las piezas. Curioso, ¿no?
Ahora bien, al análisis tiene algo curioso. Y eso es el hecho de cometer errores como dejarme piezas a pesar de tener movimientos obvios y posiciones que me dejarían bien parado frente a mi oponente.
Y mi rival tampoco estaba exento, aunque su único error notable fue dejarse el alfil de casillas claras, que ni siquiera capturé.
He de comentar que esa partida, mi primera en este sitio, era una blitz a 10min. Por ese tiempo, jugué un torneo de ajedrez en la universidad a la que asistía y además de perder casi todas las partidas, la última la jugué con 5min en el reloj y perdí por tiempo.
Entonces, para evitar eso, jugué con 10min e igual perdí.
Pues, bien, he aquí el cambio en estos meses. Mi última partida hasta el momento:
Ese es mi nivel, ver si una o dos jugadas simples por delante, Aunque conforme voy avanzando, se hace notable el tener que ver más allá de eso.
En mi camino me topé con un anciano de traje formal sentado en una silla de un parque. Frente a el se erejía un tablero de ajedrez viejo y usado, pero junto con su presencia, aquel escenario era imponente. Aunque intenté hablarle, el hombre no me dio respuesta alguna. Era difícil de creer que aquel hombre, algún día fue el campeón del mundo. Había envejecido y su mente ya no estaba aquí. Ese será mi más preciado recuerdo, ya que aquel asombroso hombre, murió frente a mí.