El ajedrez es como la vida: Sistema Suizo
Alejandro Ruiz / Campeonato de Ajedrez Ibarra (Ecuador) 2023

El ajedrez es como la vida: Sistema Suizo

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El sistema suizo es un modo de emparejamiento típico en las competiciones de ajedrez con un gran número de participantes que permite lograr resultados bastante acertados sin necesidad de que todos tengan necesariamente que enfrentarse a cada jugador para determinar su posición en el ranking final. Una de sus ventajas es que los torneos pueden tener un número reducido de rondas, evitando competencias de muy larga duración. El número mínimo de rondas que permitiría tener resultados adecuados se determina con una ecuación matemática basada en el número de participantes, aunque son muy típicos los torneos suizos de 7 ó 9 rondas.

Usualmente el emparejamiento de la primera ronda se basa en la fuerza de cada jugador medida con su clasificación ELO y, a partir de allí, los emparejamientos de cada ronda se determinan por los resultados obtenidos en las rondas anteriores. Esto significa que, si ganaste la primera ronda, es muy probable que en la segunda ronda te enfrentes contra alguien que también ganó la primera ronda. Así, cada ronda te enfrentarás contra jugadores con un marcador similar al tuyo. Y, si continúas ganando, cada vez te enfrentarás a jugadores más fuertes (los que también van ganando todas sus partidas) hasta que eventualmente te conviertas en el campeón del torneo. Este sistema no necesita emparejar a todos contra todos (sistema Round Robin) porque aplica la lógica de que, si tú le ganas a un jugador que ha ganado a cinco jugadores, probablemente tú también ganes si te enfrentaras contra los mismos cinco jugadores. La predicción de resultados basados en el desempeño (performance) es la base de este sistema. 

Con frecuencia escucho a personas decir luego de una competencia cosas como "si hubiera ganado la partida de la tercera ronda en lugar de hacer tablas, hubiera tenido 6,5 en lugar de 6 y hubiera quedado en tercer lugar", lo cual no es necesariamente cierto. Cambiar el resultado de una ronda haría que todos los emparejamientos siguientes también lo hicieran. Suponer tener 0,5 punto más luego de una ronda en lugar del resultado real obtenido no necesariamente afectará directamente tu resultado final del torneo. De hecho, es poco probable que hubieras obtenido un resultado diferente, puesto que ese cambio implicaría emparejamientos diferentes a partir de esa ronda, es decir, en la siguiente ronda te habrías enfrentado contra un oponente más fuerte y no la misma partida que jugaste, tal vez perdiendo la partida que, al contrario, habías ganado. Es más, es posible que termines con el mismo puntaje, aunque habiendo recorrido un camino diferente. 

Esto se parece a las consecuencias que imaginamos hubiéramos tenido su hubiésemos tomado decisiones diferentes en nuestra vida. Lo cierto es que cada decisión en nuestra vida, acertada o no, nos ha hecho vivir las experiencias que hemos tenido. Cambiar una decisión de manera aislada no solo cambiará un hecho sino todo su contexto y todas las experiencias vividas a continuación de ese hecho, por lo que no será posible predecir qué resultado habríamos tenido. Simplemente sería una vida diferente, o la misma vida, pero recorrida por otro camino. 

Quizá la única partida de la que podríamos afirmar que un resultado diferente nos hubiera hecho lograr una cierta posición diferente a la obtenida en el torneo sea la última, la que tiene un sabor de "final", donde se juega el todo por el todo, la que debe ser coherente con el desempeño mostrado a lo largo de toda la competición. Esto hace que la presión sobre los jugadores en la última partida sea mayor, y algunos no la soporten e incluso se quiebren allí. El temple de los jugadores se mide en este momento, donde no sólo cuenta la habilidad sino la fuerza del espíritu.